jueves, 29 de agosto de 2024

El mundo era una isla (2024)


Ya había pasado mucho tiempo desde la última edición de El Mundo era una isla. De vez en cuando, alguien me enviaba un mensaje por las redes o por mail preguntándome dónde podía conseguir un ejemplar.  El libro era inhallable. Fueron ediciones de tiradas cortas y encuadernación frágil. Había que hacer una nueva.

Pero yo no conservaba el archivo digital. Había que reescribir el libro. Necesitaba tiempo, energía y, sobre todo, el impulso emotivo para volver a visitar ese pasado, ya muy lejano.

Por entonces, con mis hermanos estábamos vaciando el departamento de mi mamá (fallecida en 2022). En esa tarea, inevitablemente nostálgica, me encontré con una sorpresa. Mi mamá había guardado muchos recuerdos del Liceo. Mi carta de admisión, los recibos de las cuotas, mis uniformes, mis boletines, mis agendas... ¡Hasta los vales! (Dato de color: Un par de llaves -taquilla y cajonada- en 1978 costaban 500 pesos). Esos pequeños hallazgos activaron el motor para emprender el trabajo de reescritura.

Para los docentes, enero es el verdadero mes de descanso (en febrero ya arrancan las reuniones de personal y los períodos de intensificación). Así que después de las Fiestas, empecé. 

La versión definitiva

Aunque la historia es esencialmente la misma, el texto final tiene bastantes cambios. Había que hacer muchas correcciones y pasajes completos exigían ser reescritos. Era lógico: desde aquel primer borrador de 1987 hasta hoy, había pasado mucha agua bajo el puente.

Ofrecí el libro a la editorial Pacto de Lectura. El escritor Alejandro Tloupakis, director de la editorial, me dio esta devolución: "Me gustan especialmente las novelas de iniciación, y la tuya tiene todos los rasgos del género. Lográs que el lector enseguida conecte con la sensibilidad de Ernesto, con sus frustraciones y sus dilemas, y presentás una galería muy amplia y pintoresca de personajes (compañeros, instructores, ¡profesores! ¡Los insultos del Chule...!). Además, lográs un tono muy equilibrado entre humor, emotividad y dramatismo. En cuanto al estilo, la prosa es muy fluida, las descripciones claras y vívidas, y los diálogos suenan absolutamente naturales. Cuando la historia termina, uno está tan familiarizado con los personajes que lamenta igual que Ernesto tener que despedirse y no saber más de ellos."

Acordamos trabajar juntos y la última semana de agosto la novela entró en la imprenta. 

Hay un par de novedades. Una es la inclusión de fotos (las que se conseguían en la oficina de Czímbalos y que mi mamá conservó) y la otra, un epílogo escrito por el querido profesor José María Ferrero, fallecido a mediados de febrero, cuando ya estaba avanzado el proyecto de esta edición.

¿Dónde se puede conseguir? 

En los próximos días daré toda la información para que, a quien le interese el libro, pueda conseguirlo fácilmente. Según me han dicho, estará disponible a mediados de septiembre.